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Foto del escritorLa GACETA

Compostar es crear suelo

Actualizado: 8 oct 2020

Si bien sabemos, el compostaje es método de producción de abonos a base de la utilización de desechos orgánicos, estos al entrar en estado de descomposición transforman la materia en tierra potencialmente fértil.


Existen distintos métodos de compostaje los cuales son usados frecuentemente en la producción agrícola, principalmente en la de alimentos orgánicos. Aun así, esto no significa que en nuestros hogares no podamos compostar alimentos, pues en esta pequeña guía podrás encontrar cuales son las herramienta que permiten adoptar esta forma de reciclaje en una forma eficiente para vivir consecuentemente con el medio ambiente. Primero que nada, debemos entender como funciona el compostaje y como a través de este proceso podemos transformar los residuos de alimentos o materia orgánica en un suelo fértil para las plantas.

Para ello es importante entender que tipo de materiales se pueden compostar, pues es claro que cuando nos referimos a “residuos orgánicos” entra todo aquello que es biodegradable, pero no por esto significa que se puede compostar, ya que el tiempo que tarda en degradarse cada material es distinto y no queremos que nuestra composta se convierta en un caldo de “basura y tierra”. Si buscamos realmente un suelo de calidad sin que llenemos de malos olores nuestro hogar, debemos agrupar los elementos cuyo tiempo de descomposición sea similar.

He aquí una lista de estos materiales:

Materiales de rápida descomposición

  • Hojas frescas

  • Restos de corte (en seco) de césped

  • Estiércol de animales de corral

  • Malezas jóvenes

Materiales de lenta descomposición

  • Restos de frutas y verduras

  • Paja y heno viejo

  • Restos de plantas

  • Estiércoles pajizos (caballos, vacas, burros)

  • Flores viejas y plantas de macetas

  • Desbroces de setos jóvenes

  • Malezas perennes

  • Lechos de conejos y otros animales herbívoros

Materiales de muy lenta descomposición

  • Desbroces de setos duros

  • Ramas podadas

  • Aserrín y virutas de maderas no tratadas

  • Cáscaras de huevos

  • Cáscaras de frutos secos

  • Flores

  • Huesos de frutos (durazno, aguacate, otros)

Materiales utilizables en pocas cantidades

  • Cenizas de madera

  • Periódicos

  • Cartones, cartones de huevos, servilletas y envases de papel

  • Grasas

Materiales que NO se pueden utilizar

  • Cenizas de carbón y coque

  • Pañales no reutilizables

  • Revistas a color

  • Filtros de cigarros

  • Tejidos sintéticos

  • Aceite

  • Restos de aspiradora/escoba


Ahora que conocemos algunos ejemplos del tipo de residuos que podemos utilizar para compostar debemos conocer cuales son los métodos que podemos adoptar en casa. Basado en algunos modelos que usualmente se utilizan en la intemperie o campos abiertos, nuestra compostera debe cumplir con estos (4) cuatro parámetros: tamaño de partículas, control de humedad, temperatura y aireación.

(es importante resaltar que existen muchos otros parámetros que garantizan la producción de un compost de calidad, los cuales están disponibles en nuestros talleres y proyectos, si quiere profundizar al respecto haz click AQUÍ). Tamaño de partículas: Para que nuestros microorganismos puedan alimentarse de forma rápida y eficiente, es fundamental desechar nuestros residuos en tamaños pequeños debidos a que generalmente la actividad microbiana ocurre en la superficie de las partículas, favoreciendo la tasa de descomposición y reduciendo el volumen de nuestra compostera (no queremos que se llene de desechos antes de que transforme en suelo).

Control de humedad: La humedad es un factor sumamente importante a la hora de compostar, pues es en el control de este proceso donde la actividad de nuestros microorganismos puede generar un exceso en la descomposición de la materia y generar malos olores, o por lo contrario, entrar en un proceso lento y de sobre acumulacion de material.

Dicho esto, lo ideal es mantener una humedad entre el 40-60%, lo suficiente para tapar los poros y estimular el proceso de anaerobiosis (estado de producción sin oxígeno), tampoco queremos sobrepasar la humedad ya que corremos el riesgo de entrar en un proceso de putrefacción.


Temperatura: Un parámetro bastante simple, pero igual de importante.

Mayor temperatura, mayor actividad microbiana, es decir un descomposición eficiente.

El aumento de temperatura es un indicador de la actividad metabólica de los microorganismos en el compost, lo que facilita la fermentación y reproducción de bacterias que impiden el desarrollo de malezas o la germinación de semillas a fin de convertirlas en abono.


Aireación: Para evitar malos olores y una acumulación de líquidos es importante mantener un buen flujo de aire en la compostera, a fin de no sobrecalentar nuestro compost o a que entre en estados de putrefacción.

Para ello existen muchas alternativas y modelos que pueden ayudarnos a evitar este tipo de problemas, entre estos está en hacer aberturas en nuestro depósito, a fin de que escurran los líquidos que se decantan en su interior o airear los gases acumulados en la superficie.

Compostar en casa nunca fue tan fácil, infórmate al respecto y aprende como hacerlo.

El compostaje resulta ser un método eficiente en el reciclaje de residuos orgánicos, adoptar este tipo de hábitos en el consumo permite renovar grandes cantidades de materia que de nos ser tratadas adecuadamente se convertirán en basura. Es responsabilidad de todos acoger estas practicas en casa, la tierra te lo agradecerá.


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